Por Alberto Cruz.
Decía Johan Cruyff que el fútbol se empezaba a jugar a partir de un mediocentro y dos extremos. Es decir, un jugador posicional y de buen pase en el vértice del centro del campo y dos atacantes muy abiertos y a buena altura sobre la banda. El concepto se admira todos los días en decenas de equipos americanos y europeos.
Y también decía el llorado holandés que, a la hora de construir su mediocampo, prefería ordenar tres jugadores, sí, pero no en dos contenciones y un mediapunta, sino en un mediocentro y dos interiores. De la última forma se abren dos líneas de pase en mediocampo, mientras que de la primera sólo hay una: la zona del enganche.
Es importante el concepto porque puede traer de vuelta una figura perdida durante la estancia de Tena en el Club León, que fue parte vital del ciclo de Pizzi y tuvo que ver en la segunda fase del Bicampeonato con Matosas. Eso además de que, en clave actual, puede potenciar las virtudes de Alex Mejía, Aldo Rocha, Luis Montes y Maximiliano Moralez.
Hablamos del triángulo del mediocampo, formado en su momento por los tres compadres: Vázquez, Peña y Montes. El entendido de colocar un contención único por detrás de dos interiores diferentes (El que atravesaba líneas conduciendo la pelota y el que lo hacía en base a regate y pases) le facilitaba a un Gallo sin mucha creatividad darle salida a la pelota y progresar.
Al contrario de la impresión en su último partido con Once Caldas, Javier Torrente se muestra cerca y afirma ser muy del 4-3-3, lo que deja la configuración de un mediocampo cruyffista con un mediocentro y dos interiores. Cambiaran los intérpretes, pero habrá de inmediato dos beneficiados claves: Luis Montes y Alexander Mejía.
Ya hablamos largo y tendido del colombiano, pero su mejor versión depende de tener dos líneas de pase y de ser único contención. Con base en pases diagonales, el casaca trece hace progresar al equipo con buen ritmo, tiene espacio para recuperar, moverse y enfocar pases largos. El hecho de tener compañeros por delante y en diagonal, es vital para su juego con balón.
La elección de los interiores será clave para que se pueda repetir el tándem de los tres compadres. Si bien Aldo Rocha atraviesa líneas y tiene físico para ello, no llega al área en conducciones, pero puede llegar a la pelota en pases al espacio ocupando la función de Peña en ataque. Mejía haría de Vázquez y Montes, de Luis Montes, posibilidad que podría acercarle todavía más a su mejor versión, ahora que parece iniciada su recuperación.
La presencia de Alexander en la base mejorará las prestaciones de con balón del Gallo, pero queda todavía un punto con aclarar. A Torrente le gusta la verticalidad y el demarque al espacio del delantero centro, por lo que requiere que su triángulo tenga buen pie. Si bien Aldo Rocha tiene un excelente pase largo al extremo, Maxi Moralez es más apto para el pase vertical filtrado. La duda es si lo veremos en el interior o en una banda.
