Por Danilo Alberto Cruz.
El Club León dio una triste imagen ante Atlante, en partido que cierra su participación en grupos de la Copa MX. Aunque calificado, la humillación sufrida ante una buena entrada y con la visita del velocista olímpico Carlos Herrera deja malas sensaciones, en medio de una situación que no se calma y con un equipo que no tuvo voluntad de reacción.
El rival
Los atlantistas llegaron al partido con ideas claras, que partían del reconocimiento de ser técnicamente inferiores a la fiera. Eduardo Fentanes organizó a su equipo en un 4-4-2 específico. En la lateral izquierda, colocó a Calvo, un alto defensa central en previsión de un Elías Hernández que no jugó. Adelante, apostó por la velocidad y combatividad de dos puntas.
En fase defensiva, el equipo replegaba detrás de mediocampo y tenía premisas básicas, como introducir al contención entre centrales para crear superioridad defensiva. En ataque, los atlantistas buscaban lanzar pelotas a la espalda de la defensa en busca de la velocidad de Claudio Cauich o presionar arriba para robar y pisar área rápido.
Lo interesante de la defensa visitante fue su realismo: cada jugador sabía que tenía que utilizar sus faltas disponibles hasta recibir la amarilla. Así, cortaban el juego en mediocampo y no temían la pelota parada en contra gracias a su excelente dominio del juego aéreo, donde contaban con elementos de estatura.
Club León
La fiera utilizó por tercer encuentro consecutivo el esquema más tenista posible, el 4-4-2 de doble cinco y pareja de atacantes. Sin embargo, la necesaria rotación de elementos deshizo varias virtudes del sistema, por ejemplo, carecer del desborde en banda de Elías Hernández, el juego de espaldas-referencia de Boselli, y sobre todo, cualquier atisbo de creación en mediocampo.
Mientras Valdez es un jugador de llegada y pase vertical, Leo López es un mediocampista que basa la generación de espacios y avanzar metros en el regate. En base a conducir y acumular jugadores, el canterano logra encontrar hombres libres. El problema es que la política atlantista de faltas en mediocampo lo borró totalmente al anular su regate.
La ausencia de aceleradores de juego dejó la nula capacidad de atacar en Leo Franco, lateral izquierdo encerador y con sentido del pase; Andrés Andrade, limitado a desde la derecha llegar a la banda contraria, donde ponía pases diferentes y de Maxi Moralez, que a final de primer tiempo bajó a recibir en círculo central para poner el primer pase.
Los goles
#PorSiNoLoViste G⚽⚽⚽L de C. Cauich@clubleonfc 0-1 @Atlante#Jornada5 #CopaCoronaMX🏆@Corona_Futbol pic.twitter.com/vEcylWRT0N
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Observamos que Atlante salta la zona de creación (rojo) con un envío directo (amarillo). El delantero (amarillo) realiza un movimiento al desmarque muy bueno, separándose de su marca en paralelo y atacando el espacio después. La jugada borra de un plumazo la primera presión del doble delantero (verde) y al doble cinco (azul).
Jugada del 1-0.
#PorSiNoLoViste G⚽⚽⚽L de P. Uscanga@clubleonfc 0-2 @Atlante#Jornada5 #CopaCoronaMX🏆@Corona_Futbol pic.twitter.com/93to1IeFdK
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En los siguientes dos goles, León vuelve a las andadas: pierde el control de las esquinas que le causó gol en contra con Celaya y con el que dominó a Querétaro. Pero el problema es que Tena no maneja la cultura de la cobertura a los centrales, es decir, sus doble cinco está ocupado en vigilar el pase interior pero no de meterse en la línea defensiva.
Por delante del doble cinco (Azul) podemos ver igualdad numérica de atacantes (negro) y defensores (amarillo) en desventaja posicional. El espacio a guardar (rojo) está totalmente libre. ¿Resultado? Dos goles en contra y tres a cero.
Jugada del 0-2.
Jugada del 0-3. ¡O-3!
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La fiera devolvió el favor del primer tanto visitante con el gol de Cano. Maxi bajó como lanzador (amarillo) a la zona de creación (rojo). Su envío superó dos líneas rivales (Negro) y dejó solo a Cano.
1-3. El de la honra.
Conclusiones
El 4-4-2 trajo la primera victoria, pero tiene carencias graves a la hora de generar fútbol, sobre todo porque escapa de la interpretación de algunos elementos. El doble cinco, para ser sólido, necesitará tener a Rocha y Mejía, jugadores que por posicionamiento y despliegue puedan resolver los defectos del sistema.
El hecho de que virtudes mostradas ante Querétaro desaparezcan abruptamente en este partido de copa, sólo se explican desde la falta de motivación por este torneo. De Tena, en mi opinión. El entrenador estuvo desacertado, tardío en los cambios. Por ejemplo, para resolver la falta de creación introdujo a Montes, pero el equipo sucumbió en intensidad defensiva.
