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Valoración rápida de los refuerzos del Club León

 

Hace tiempo que el Club León no presenta un fichaje bomba. El periodo de adaptación posterior a la marcha de Matosas y el consumo total del impulso emocional que significó el ascenso no ha sido fácil y Jesús Martínez Junior tiene el mérito de tratar de luchar porque el club no se convierta en un Pachuca, a pesar de no contar con el presupuesto necesario (Presupuesto es aquí la palabra clave).

Así que hagamos una valoración rápida de los refuerzos del Club León para el segundo semestre de 2015.

novarett

Diego Novaretti: El argentino es el refuerzo de más calidad. Con sobrada experiencia en el fútbol mexicano y un paso por la Lazio, donde no jugó una cantidad significativa de minutos, nadie ha quedado dudando de sus capacidades. Sin embargo, lesiones físicas, el periodo de adaptación y el papel secundario que tuvo distaron su rendimiento del de ser un fichaje verdaderamente importante. En la mayoría de los escasos minutos que dispuso, pudo mostrar su calidad.

Efraín Velarde: El lateral universitario es el caso contrario a Novaretti. Fue el fijo de la defensa de Pizzi y venía para dar equilibrio a la defensa. Sus defectos ya mencionados, el barullo táctico de Pizzi, movimientos de la defensa que no le beneficiaron y un bajo estado de confianza desencadenaron una temporada llena de errores. Curiosamente, sus partidos más serios han sido en la eliminatoria ante América, lo cual nos da la esperanza de que haya pagado el precio de adaptación y pueda dar un buen torneo. Después de todo, llegó con el cartel de seleccionado nacional.

Marco Bueno: Una promesa con buenos movimientos dentro del área y que se antojaba como complemento de Boselli en un 4-4-2. Sucedió lo que le podía frenar: Escasez de minutos. A pesar de que pudo mostrar su capacidad para rematar a primer palo, la falta de ritmo le afectó cuando Pizzi quiso echar mano de él en momentos cruciales.

Burbano: Piri regresaba como el recuerdo de tiempos mejores. Efectivamente lo fue. Ya no alcanza la velocidad punta que lo hizo letal, pero en general cuajó una buena temporada. Falto atacar los puntos donde de verdad fue diferencial: ganar la banda y colgar centros. Lo positivo fue su sensibilidad para ocupar juego interior, donde ayudó a generar y recuperar, aunque llegó a costar ocasiones en contra. Buen fichaje.

Jonathan González: El ecuatoriano dejó muchos problemas: lesiones, displicencia, problemas por su edad y legales en Ecuador, que le costaron perderse entrenamientos. Mostró cosas interesantes en el primer partido de la temporada pero Pizzi le sacó de esa posición. Quedó a deber porque se intuye una mayor capacidad en él.

Burdisso: El mejor fichaje, y reflejo total de la temporada. Su jerarquía y capacidad nos mostró lo que se quería cuando se contrató a Canuto. Un jugador que como central tenía juego aéreo, fortaleza, entrega, capacidad para avanzar al frente y cortar jugadas, salir en conducción y hacer trazos largos. Pero, como la temporada del club, se trastocó. Las lesiones primero, la situación después, minaron su confianza y rendimiento. Por ganas no quedó, y es un buen cimiento para trabajar la defensa el próximo año.

burdisso

Miguel Ibarra: Un jugador con condiciones excelentes y gran cartel: es seleccionado de los Estados Unidos. Anotó goles y dejó muestras de su calidad, pero de nuevo tuvo que lidiar con la falta de minutos: cortado de raíz inexplicablemente, fuera de ritmo a tal grado que incluso perdió velocidad. Habrá que ver si incluso no sale del equipo, porque siempre mostró ilusión por dar lo máximo de sí. Se fichó como mejor jugador de la segunda americana, al igual, en cierto modo, que Cuevas.

Es la valoración de los refuerzos. La temporada ha sido muy accidentada como para valorar cuál fue el peor y cuál el mejor. Para juzgar, propiamente, podemos esperar el torneo que viene. Por ahora, dejó la decisión en sus manos.