El Club León ha encontrado una fórmula para llegar al gol con la pelota en movimiento. Una jugada estratégica y trabajada con la que ha logrado adelantarse en el marcador con efectividad ante el Club América. Un movimiento clave con el que abrió el marcador también ante FC Juárez y que tiene como punta de lanza y ejecutor final a Germán Cano.
Por Danilo Alberto Cruz.
1-0 contra Club América.
La jugada se ha dado en el contexto del contragolpe, aprovechando desorganización rival para hacer llegar la pelota a la banda izquierda, donde el lateral (Velarde ante Club América) o el extremo (Cuevas ante FC Juárez) deben estar pendientes para ocupar el espacio libre, recibir para conducir si es necesario o acomodarse para directamente, enviar un centro a media altura que pase por el corazón del área.
El movimiento toma la defensa rival corriendo hacia su marco, sin poder enfocar las marcas y mirando a la pelota. Aquí entra la gran virtud de Cano, capaz de desmarques precedidos de una carrera larga. Su desmarque final, para ganar la posición al defensa por sorpresa, es potente, rápido y decidido. Ante América, ganó limpiamente la posición a Ventura Alvarado, definiendo con un toque sutil. Contra Juárez, se tendió de “palomita” para llegar a tiempo y anticipar la reacción.
1-0 contra FC Juárez.
La ventaja del movimiento radica en que la fiera aprovecha espacios del rival, por lo que sirve como arma cuando está defendiendo cerca de su arco o el rival tiene una fase prolongada de dominio. Se ejecuta velozmente, saltando la fase de creación, y se tiene elementos veloces en la izquierda para llegar a posición de centrar, pero también buenos pasadores en mediocampo para hacerles llegar la pelota con ventaja. Y finalmente, para que la jugada pueda realizarse, en el campo debe de estar Cano, el delantero esmeralda que actualmente tiene la velocidad, resistencia, concentración y capacidad para intentar desmarques cortos y largos durante todo el partido. Sobre todo porque Luis Fernando Tena está cargando a Cano en la derecha, y eso es clave porque la jugada se gesta en la izquierda: es inevitable que Germán salga del campo de visión y atención del rival.
