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: RESPETO :

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A la vez que los aficionados panzas verdes disfrutábamos de la confirmación del equipo en el liderato de la Liga MX tras cinco jornadas, podíamos agradecer al final del partido de que por fin terminara una de las peores transmisiones que se recuerdan en un partido de fútbol en televisión abierta.
El esperpento fue increíble y hasta cierto punto sea quizá un culmen del camino que comenzó a recorrerse cuando el Club León, tras ascender, rechazó el paquete que le ofreció Tv Azteca por los derechos de transmisión: una cantidad correspondiente a un equipo chico. De ahí la bola de nieve creció con la entrada de Carlos Slim en las acciones de Grupo Pachuca y una animadversión de la televisora de Ajusco contra los verdes que el tiempo fue curando.
Ya antes de comenzar el partido, uno se preguntaba si estaba en el canal correcto o estaba a punto de presenciar el Atlas- Puebla. Las imágenes del entrenamiento club rojinegro, que adquiriera TV Azteca tras el probado fracaso de convertir a Morelia en un equipo popular, fueron enlazadas una y otra vez. Uno pensaría que lo que estaba a punto de disputar Atlas era la final de la Copa Libertadores.
Ya antes de comenzar el partido, los comentaristas lanzaron un insulto impropio de su carrera y trayectoria contra Carlos Peña. Afirmaron que “Lo que debe hacer Peña es dejar la fiesta y ponerse a jugar”. ¿De verdad? ¿Un jugador que está en un nivel bárbaro desde que comenzó la temporada? O los tipos no ven fútbol sino cuando les toca o son grandes jueces de la cuestión moral.
Pero si había posibilidades de que alguien llevase vino a la fiesta fue de los propios profesionales de la comunicación, que confundieron a Velarde con Nacho González. O quizá fuese consecuencia de la cámara de televisión más sucia en la historia del balompié mexicano. Las manchas de gotas de agua, secas, obstruían la visibilidad del espectador. Una vergüenza.
En fin, podemos agregar la forma en que no se narró el gol de Montes, que tomó a los comentaristas platicando de manera que se adivinaba su apatía y deseo de que la pelota no entre, las alabanzas a un Cirilo Saucedo que salió mal una y otra vez y al que sólo le vieron un error cuando falló en el gol de Boselli, los goles que contradecían directamente sus opiniones tácticas o el desconocimiento de las capacidades de Boselli fuera del área con comentarios puramente oportunistas.
En fin, no se trata de eso en realidad. Pueden o no ser los mejores del mundo narrando y comentando un partido, cosa que no es fácil. Son libres de tener poco interés en un equipo y hasta animadversión, por voluntad propia o inercia de su empresa. Pero lo que deben tener es respeto, primero a su audiencia y segundo, a los profesionales que ejerciendo su labor les dan motivos para tener un trabajo, y por extensión comida.
Si no respetan al Club León como equipo, respétenlo como bicampeón. Si no les importa más el hijo venido a menos, respeten al rival del mismo. Si quieren que gane el Atlas, bueno, pero no insulten a la audiencia diciéndolo en vivo y peor aún, sobre la afición de su rival que esa tarde era Puebla. Si quieren un programa especial con el horario en que los jugadores rojinegros bostezan, háganlo, pero no a la mitad de un partido de dos clubes totalmente opuestos. Si no respetan al Club León, respeten la Liga MX, y si ni eso los motiva, respétense a sí mismos y respeten a su público.

En twitter, @Akelandos.