Por Raúl Pérez.
El Club León viene con un ritmo totalmente progresivo pero con matices bastante alarmantes; la finalización es un tema a tratar, diría yo más de suerte que otra cosa, provoca pero no cambia el marcador. La transición defensiva del Club Esmeralda da muchas ventajas al rival, sobre todo partiendo desde el centro y llegando a la zona de extremos.
Pumas no ha dejado un buen sabor de boca y es porque aún tiene el problema que muchos de los equipos mexicanos ostentan, y que con Memo Vázquez el cuadro Universitario tenía a lo largo de su gestión. No es sorpresa que esas sensaciones de cuatro puntos sean tan desabridos como un amor mal preconcebido pero al final, las posiciones son “lo más importante”. El déficit que ha tratado de compensar Palencia con Abraham y Cortés en la doble contención, es el mito más grande en el fútbol: cuidar la zona fantasma. Llamémosle a la zona fantasma a ese sector entre los defensas y los mediocentros, ese hueco el cual muchos equipos saben explotar.
Con el 4-2-3-1, el esquema suspira una presión como la de una madre a un hijo; apretando y que la marca duela más que el mismo parto. En la zona del llamado “cinco” en España y el “seis” en Alemania, León adquirirá ventaja, sobre todo con los función que Andrade, Montes y Elías tienen: interiorizarse, relacionar y charlar con la pelota como el mejor canal para comunicarse. El cambio a 4-4-1-1 no es más que el dibujo táctico, en un ataque posicional tanto Andrade como Montes se tornan como media puntas y tanto Elías como Burbano están atentos al apoyo, cosa que les ha beneficiado a lo largo de su estadía en León. Sin embargo al momento de transferir eso, a una defensa en transición como comentábamos anteriormente, los del bajío sufren y mucho.
Ya sea el desdén ofensivo de Montes y por la simple y agónica esencia de Rocha, los mediocentros del Léon dejan a merced el carril central en favor del contrario para progresar una sencilla transición defensa-ataque como en la imagen de arriba. Su debilidad está ahí marcada y a la luz de los ojos de cualquier hombre que encienda el televisor pero no creo que Pumas sepa interpretar esa área de oportunidad. Si tuviéramos a la UNAM de Vázquez, podríamos decir que mencionado error sería catastrófico para los de Tena pero la prioridad del nuevo entrenador de Pumas es otra: la posesión. Y como todo nuevo proceso tienen sus síntomas, Palencia se ha topado con uno que me encanta resaltar aunque sea negativo: la famosa posesión inefectiva.
En la gráfica de arriba podemos percibir que Pumas es el equipo que menos ataca por el centro y el de manera más ineficiente, es decir: lo deja a la improvisación. Por lo que el déficit está concentrado en que el ataque organizado no es su fuerte y para tener uno, hay que empezar por el medio centro. También podemos observar que León es el que más ataca por esa vía, por lo que la falla de la zona fantasma universitaria es algo de cuidado para los de la capital. Y si reunimos todos estos matices nos queda: León debe cuidarse de una transición de Pumas, que parece ser la única vía para los de C.U y del lado de los de Palencia, es presionar para obligar al error para la pérdida en ataque de León: un camino para dos equipos, el que lo tome, posiblemente será el ganador pero como dice Diego Latorre: “para graduarse de mentalista, es necesario acertar a un resultado del futbol mexicano”.
