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: ¡HUMILLADOS! :

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Los extremos se tocan

El Club León derrotó de manera contundente al Club América por tres goles a cero en un encuentro donde dejó buenas sensaciones de cara a la parte seria de la temporada. Sin ser el equipo de Coapa un rival regular de la Liga MX, la calidad individual de algunos de sus elementos lo convierten en una buena medida para conocer el nivel del equipo. Propiamente, desde Pizzi hasta los jugadores realizaron una actuación brillante, tanto que el equipo americanista recurrió a las malas formas por la desesperación de verse sometido.

 

Club América

 Nacho Ambriz tiene experiencia Europea como entrenador y, muy personalmente, eso se reflejó en su 4-3-3 que dio al América como sistema. El parado era de dos laterales que subían muchísimo, dos centrales, un mediocentro, dos interiores y tres delanteros con mucha libertad. Sin embargo, el dibujo variaba muchísimo en ataque, propiamente lo distinguible eran los laterales, que se mantenían pegados a la banda. Incluso el mediocentro no tendía a bajar para incrustarse entre centrales y dar salida a la pelota y se colocaba por delante de Boselli. Por dentro Rubens Sambueza era el encargado de asentar al equipo arriba si era necesario, y Osvaldo Martínez en lanzador. Lo mejor era la delantera, el centro estaba reservado para Benedetto con lo que Oribe era empujado a la izquierda, y el as bajo la manga era Darwin Quintero. El ecuatoriano, teórico extremo izquierdo tenía una inusitada libertad y ejercía de enganche y segundo punta con mucho acierto, canalizando los contragolpes americanistas. La premisa de ataque americanista era la salida rápida con sus laterales, que recorrían distancias enormes con la pelota, o el fútbol más directo, encontrar a cualquier delantero con un trazo directo y confiar en su capacidad resolutiva.

 

Para defender América se aprestaba a formar una línea de cinco, con la inclusión de Güemez entre centrales y la vigilancia de Rubens y Osvaldo por delante. Dependían de regresar muy rápido y formar un bloque bajo para evitar sorpresas. En este modo de defender, América quedaba posicionado definitivamente en un 4-4-2, con Darwin de enganche y Peralta-Benedetto como puntas.

 

Club León

 El equipo esmeralda salió a dominar el mundo desde sus cuatro defensas, Velarde y Navarro laterales, sus centrales, entró Novaretti por Nacho y ocupó el central derecho, Burdisso entonces pasó a la izquierda, la posición de Nacho. Probablemente Pizzi tomó esa decisión tomando en cuenta el mayor rodaje de Guillermo en liga, por lo que prefirió exponer menos a Diego en su perfil no natural. Además que avanzando hacia el interior derecho, Novaretti aporta cosas muy buenas. Y también tiene trazo largo. Resulta que además de efectuar el cambio de centrales, Pizzi pidió a Diego que también ejecutara lo movimientos de Burdisso, es decir, saltar hacia adelante para cortar el juego rival.

 

Por delante se acomodaron los compadres, en su triángulo personal y en los flancos se plantaron Elías y Burbano. La diferencia con Boselli fue que en esta ocasión quedó muy descolgado, tratando de estar en línea con los centrales y fijarlos.

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El partido

 La Fiera salió nuevamente a buscar arriba al rival. Buscaron incomodar la salida y que los receptores visitantes tomaran la pelota de espaldas. La presión inicial hizo sufrir a las águilas, como recién sucediese en el clásico. Eso sin contar con que nada más arrancar el encuentro, Peña encontró a Boselli entre los centrales, como en los viejos tiempos y a punto estuvieron de inaugurar el encuentro.

América empezó a respirar con los carrerones de sus laterales y a contener al León con su línea de cuatro más Güémez, pero sobre todo porque encontró una forma de hacer daño: contactar directamente con los tres de arriba, labor en la que Darwin fue fundamental. Así, el América comenzó a aprovecharse de la altura del Club León y a enfrentarse directamente con los centrales. Novaretti, encargado de saltar sobre el poseedor evidencia la falta de ritmo y América no se fue adelante porque no supo acertar en la finalización de la jugada.

 

Cuando los esmeralda tenían la pelota América seguía tratando de aguantar abajo y los aportes de Montes a la circulación y Navarro brindando una opción de pase extra en carriles interiores y entre líneas le daban picardía ala basculación de la pelota. América cuando recuperaba separaba mucho a su mediocentro de sus defensas, y es que al perder la pelota arriba, si León trataba de salir realizaban una presión con sus tres delanteros. Burdisso y Novaretti empezaron a pasar nervios y los verdes no tenían inspiración en el último toque, a diferencia de lo que hacía Darwin Quintero. Peña y el ecuatoriano eran noche y día y así  a los quince minutos el partido tenía un ligero tinte amarillo. En el camino, Burdisso se había lesionado en una jugada fruto del desconcierto causado por el ajuste en defensa central y Nacho regresó al once tras un castigo de minutos. Dio un buen partido, dejando detalles de su garra y algún error que se está volviendo peligrosamente habitual.

 

Entonces ocurrieron dos cosas: primero, Vázquez y Navarro comenzaron a resguardar más la posición, en especial el celayense. De esta manera, y siendo más prudentes, América tenía en sus ataques rápidos inferioridad numérica y ya no iba directo contra los centrales. Por otro lado, el Club León abandonó la idea del ataque por el carril central y se apostó definitivamente por deliciosas basculaciones de las que Vázquez era la base, Montes aportaba cambios de orientación, Elías desborde y cambios de juego de banda a banda y Burbano profundidad en la banda derecha. Boselli descolgado, fijaba a los centrales. El resultado fue que entre todos empujaban al América contra su portería y separaban a defensas y medios de los delanteros, exigiéndoles un mayor sacrificio físico en ataque.

 

En esas el Club León sacó de puerta, dio una, dos vueltas a la pelota y luego Elías colgó la pelota al área. La debilidad americanista defendiendo centros laterales quedó una vez más en evidencia y Burbano cerró la pinza, encontró a Boselli y decretó el inicio de los juegos del hambre. Los extremos leoneses se iban de cacería.

 

El mérito de Pizzi fue encontrar una tercera vía de ataque leonés. Se dejó da lado el juego directo por dentro de Peña, la salida con Boselli para que de espaldas distribuyese a los extremos y en su lugar optó por un juego de control que sólo se había visto contra… Talleres de Córdoba (http://www.nacionesmeralda.com.mx/leon-vs-talleres-de-cordoba-el-analisis-tactico/). Pero en está ocasión fue efectivo. Tanto que León repitió la basculación y un liberado Boselli recibió con ventaja dentro del área, logró mantener la pelota y encontrar a Burbano, que ya venía en modo omnisciente. Desde lejos, el Gallo resguardaba la posición y al equipo, pero oteó la jugada, vio la oportunidad y se lanzó. El pase de Piri terminó con un gol memorable.

 

América mientras tanto, se esforzaba en atacar. Terminaba con hasta cinco jugadores merodeando el área cuando el pasador no era Darwin. Eso desembocó en que al término del primer tiempo el equipo de Ambriz estaba partido.

 

Al segundo tiempo las águilas se acercaron al empate, y Sambueza a la tarjeta roja. Ambriz entonces trató, sin mucho convencimiento, de retocar el partido hacia un 4-4-1 que terminaba siendo una especie de 4-3-2. Sacó a su mejor jugador mientras su nave, abandonada a las olas, daba bandazos de mal perder. En una pelea en mediocampo se unió Boselli, la pelota salió hacía la banda izquierda y Montes percibió el hueco que dejó el matador. De inmediato sintió la sangre y se pegó un pique hasta el área chica. Ahí empujó la pelota ocupando la posición de “9” y permitiendo a Burbano graduarse en asistente y quiropráctico. Tres asistencias fueron.

 

Conclusiones

Más allá del gran nivel individual mostrado por jugadores y cuerpo técnico, debemos congratularnos porque León tenga ahora un verdadero plan B. Un tipo de juego que activa a Montes, libera mentalmente a Boselli y aprovecha la tendencia de Elías a jugar por dentro. Permite además que Burbano reciba muy adelantado y eso le da más tiempo para llegar fresco a línea de fondo, lo que se traduce en claridad mental. Las participaciones de Navarro son más controladas y Gallo cierra el centro del campo. Es un plan de superlíder, de este León que hace decir que “una jornada parece el lugar 16” y al siguiente partido “son un ejemplo de jugar al fútbol”. Si hay un defecto que corregir, es la regularidad.