Twitter Feed

La Multipropiedad Es Así

 

Franco Jara, delantero argentino del Club Pachuca, recibió en el primer tiempo un magnífico pase a su movimiento entre Diego Novaretti, que cubría el mal salto de Burdisso, y Efraín Velarde, lateral izquierdo del Club León. Controló, condujo y en un alarde de técnica, cuchareó la pelota con su diestra para que Yarbrough pudiese atajarla en el aire, favoreciendo la postal. Ya se sabe, esa era la intención de Franco, porque la multipropiedad es así.

Pero el Club León llevaba la delantera: Diego Novaretti logró poner emoción al partido apuntando con su espalda al poste derecho de su portería. El remate, de espaldas y de riesgo máximo salió a la perfección, pues angustiosamente el balón impactó en el palo y salió fuera, con la colaboración de un delantero rival que era consciente de había que guardar el cero a cero entre hermanos. Todavía Burdisso entró a la fiesta en el segundo tiempo al rematar, con total acierto, un saque de esquina al travesaño previo bote en el pasto.

La insultante precisión de los centrales esmeraldas fue una bofetada con guante blanco para Pachuca y Jara tuvo que superarse. Midió un centro perfecto desde la derecha, que pasó justo tras un compañero y dos rivales; la controló tras exquisito gesto técnico de su pecho y, con el aplomo de un mártir ante el suplicio o un equilibrista en la cuerda floja, disparó de su pierna derecha el balón a la cara externa del poste de Yarbrough, quien llegó a creer que Jara había olvidado el pacto de empatar, porque claro, la multipropiedad es así.

Tena buscó arriba a Pachuca en saques de meta.

Tena buscó arriba a Pachuca en saques de meta.

O simplemente, vimos un partido donde el Club León obtuvo un empate en la visita de Pachuca al Estadio León que dejó, sobre todo, una sensación amarga. En realidad, y a pesar de la generación de ocasiones, Pachuca sostuvo el encuentro más por su haber, impuso (no por mucho) su idea y limitó a un equipo que se olvidó de poner en práctica o tratar de sacar los conceptos que le llevaron a escalar posiciones. Quizá vimos la fórmula ideal para jugarle a La Fiera de Tena. Por decirlo sin rodeos, Pachuca jugó mejor que León.

El equipo hidalguense planteó un dibujo para dos fases, con línea de cuatro tradicional atrás, más suelto el lateral izquierdo, dos mediocampistas cerrando el centro como doble cinco, Pizarro suelto escorado a la zona de mediapunta, Lozano por izquierda y Urretaviscaya por derecha. La formación la coronaba arriba Jara. Jugaron con un 4-2-3-1 que buscaba tener elementos de ataque y defensa bien definidos.

Dos factores marcaron el partido: un error de Tena y un acierto de Diego Alonso.

El error de Tena fue precisamente lo contrario a ser conservador. Por alguna razón decidió buscar al que probablemente es el equipo con mejor técnica para gestionar pases directos tras presión alta de su rival, aunque es verdad que no la necesitó mucho. Tena mandó en los saques de meta que Mauro Boselli y Maxi Moralez igualasen su altura y llegasen al lindero del área, para evitar salida jugada con centrales y laterales. Por detrás de ellos, Rocha subía treinta metros para cerrar el carril central y evitar salida con el mediocentro. El problema es que en el fútbol moderno, a veces es mejor activar trampas ocultas que mostrarlas al enemigo. Hay equipos que prefieren dejar libres los primeros pases rivales para luego acorralar las bandas o realizar un pressing coordinado.

Pachuca comenzó a sacar en largo y Vázquez se vio sólo en el mediocampo para tratar de ganar los rebotes. Ahí Pachuca lo hizo de maravilla, porque su escalonamiento general le permitía tener más jugadores cerca de la pelota en las segundas jugadas. Si La Fiera lograba armarse, quedaba en una situación plana para seguir peleando esos balones. Si lograba mantenerla, Pachuca hacía como que esperaba tras mediocampo, pero apenas el local cruzaba la divisoria, ejercían un movimiento  recuperación muy agresivo, de hasta tres contra el poseedor.

Aquí interviene el acierto de Diego: preparó un equipo con jugadores que jugaban distintos partidos. Los principales, laterales y extremos. Por un lado, los laterales hidalguenses no subían las bandas, por lo que ya esperaban a Burbano y Elías con ventaja posicional. Como siempre iban de frente a la pelota, podían incluso presionar agresivamente al receptor antes de que le llegase la pelota, pudiendo recuperar donde Tena plantea la diferencia ofensiva de su equipo. Anulados los extremos, Aldo Rocha quedó también anulado, porque su mejoría en el juego de ataque se encontraba en los envíos largos a los extremos. Obligado al pase corto y creativo, el canterano naufragó. Por otra parte, la calidad de movimientos y asociación de Jara, Lozano y Pizarro, que quedaban arriba les permitía recibir cerca de tres cuartos. No necesitaron explotar espacios que un precavido Magallón le negó a Lozano (incluso tuvo que cambiarse de banda al segundo tiempo) y aunque tuvieron oportunidades de correr, la distancia entre Vázquez y Rocha les permitió encarar, hacer paredes, rematar.

En fin, que el partido quedó cero a cero, pero probablemente la impresión que quedó en el aficionado de partido aburrido se deba a que el rival fue superior. Ya se sabe, la multipropiedad es así.

En twitter, @Akelandos.

dia de las madres 2016