No morder para que no te muerdan
El Club León consiguió una victoria más que no dejó de ser menos importante. Más allá de recuperar y consolidar el liderato, aprovechar la localía e iniciar una nueva racha, La Fiera recuperó solidez, convencimiento y logró dar carpetazo a una derrota abultada frente a Chiapas hace ocho días. Lo hizo mostrando un gran nivel defensivo y sacando provecho de dos groseros errores de Tijuana.
Club Tijuana Xoloitzcuintles de Caliente
Rubén Omar Romano pertenece a la clase de técnicos donde entran, por ejemplo, tipos como Tomás Boy. Con mucha experiencia en la liga, equipos exitosos pero que no logran materializar su trabajo en títulos. Normalmente recurren a ellos los equipos que buscan estabilidad.
Lo curioso del planteamiento inicial de Rubén fue que pareció mezclar dos sistemas. Por un lado, su línea de cinco defensas, en consonancia con el último giro del fútbol moderno, tres centrales y dos carrileros, es decir, laterales de gran recorrido. Por otro lado, su mediocampo clásico argentino, el famoso rombo, con un jugador en la base, dos volantes y un enganche o mediapunta, al cual le exigía labores defensivas. Adelante un punta con mucha movilidad y pegada, como es Dayro Moreno, que sin ser autosuficiente, resuelve muchas situaciones de ataque con tino.
Para defender en su terreno, Tijuana establecía la línea de cinco en un mismo plano, con los laterales pendientes de los extremos. Seguros de la protección que supone el defensa Leiton, un central se sentía seguro de salir a presionar los receptores entre líneas. Mientras tanto, los mediocampistas formaban un cinturón por delante para obstaculizar el carril central, donde Peña y Montes gustan de hacer travesuras. Finalmente, el mediapunta establecía unos metros por delante la vigilancia de la zona de creación, cuidando de no quedar descolgado.
Para atacar, los norteños buscaban como receptores a sus volantes, quienes de espaldas y a la altura del mediocampo pivoteaban la pelota a la banda y de ahí los carrileros buscaban avanzar. Tijuana no rehuía mover la pelota buscando huecos para encontrar a Hauche y a Dayro en carrera o cayendo a la banda.
Club León
Pizzi tenía clarísimo que había que volver al plan original y humilde para evitar un descuido como el del sábado pasado. Esta vez los esmeraldas no se anduvieron con tonterías y salieron muy serios en defensa y a trabajar lo que les tocaba en ataque. Nuevamente fue un 4-3-3 y los compadres o el tándem Peña-Chapo-Gallo se esforzaron en mantener muy definido el triángulo.
A la hora de defender destacó el una baja altura, la escuadra que no tenía reparos en defender por detrás del mediocampo. Se volvió a buscar la fiabilidad de que los mediocampistas estuviesen cerca de los defensas, éstos a su vez del área y dejar a Boselli descolgado. Se notó más que una doble línea de cuatro con Vázquez entre líneas, una defensa con dobles laterales por lo mucho que regresaban Elías y Burbano y un trivote defensivo por la forma en que se juntaban los tenores (Montes-Juan-Carlos) por detrás del círculo central.
También varió el ataque leonés. Esta vez Elías y Burbano se entretuvieron en tratar de explotar las bandas, Burbano encarando y buscando la espalda insistentemente, Elías buscando el regate y posición de servicio. Lo que ayudó a el equipo pudiera salir pese a estar muy atrás fue, nuevamente, la capacidad de Boselli para distribuir la pelota recibiendo pases rasos estando de espaldas. Esa sensibilidad para jugar así la entiende perfecto el equipo, que conociendo su técnica nunca lo busca por arriba para que baje balones largos, sino que aprovecha su capacidad de pivoteo, de ser mediocentro de espaldas. Propiamente, no es un poste.
El gran cambió lo dio Jonny Magallón. Entró por Navarro y tuvo dos consecuencias claras: primero, estabilizar la línea defensiva guardando correctamente la posición, situación que evito a los centrales desplazarse a la derecha y cortó una vía de acceso. Segundo, no ocupó la diagonal interior de Fer y trató de ir por fuera. Sin nadie que ocupase el lugar que buscaba Navarro, fue Montes quién comenzó a acercarse a la banda derecha y dejó fijo a Elías en su misión de atacar el lateral.
El Partido
De inicio y a pesar de que los esquemas diferían, ambos equipo mostraban patrones muy similares de juego. Ninguno quiso jugar el pelotazo, apostaron por mantener la pelota en circulación y buscar espacios al mover al rival, atascar la zona central cuando la tuviera el rival y ser muy prudentes. Ambos equipos querían evitar una goleada.
En Tijuana comenzó a destacar De Buen, como mediocentro su papel fue de dirigir y lo hacía con mucha serenidad, aunque las opciones de pase escaseaban. Trataba de ofrecerse siempre y cambiar de orientación al equipo.
El Club León esperaba adentro y aunque facilitaba las recepciones por delante, bloqueaba las bandas y vigilaba el centro. Cuando los verdes recuperaban también jugaban con mucha paciencia, pero fallaban al avanzar tratando de atacar un carril central amurallado por seis hombres. EL partido no era ríspido ni intenso, sino muy táctico y así se fue casi media hora.
La diferencia empezó a despuntar en la línea defensiva. En situaciones al límite, cuando los rivales recibían entre líneas, los defensas verdes salían rápidos y precisos a quitar la pelota del receptor. Mientras tanto los xolos cometían faltas e incluso tarjetas recibían.
A partir de la media hora los de Pizzi dieron con la formula. Comenzaron a enlazar posesiones largas mediante basculaciones muy anchas que terminaban no en el extremo, sino en el lateral. Tijuana de pronto se hipnotizó y se metió dentro, donde La Fiera comenzó a poner centros laterales, la especialidad de la casa. Los calientes no defendían bien por arriba y se notó en un cabezazo desviado de Boselli. Burbano comenzó a comer banda y la cosa se puso buena. Finalmente, Arango remató el desatino aéreo con un autogol
El segundo tiempo fue muy abierto, por la distancia que naturalmente comenzó a crecer entre líneas. Entre Nacho y Burdisso se encargaron de que Tijuana pasar a mejor vida mientras Romano movía ficha, esquema, líneas, todo. La fiabilidad defensiva del hiperactivo González, el jefe Burdisso y la colcha que les daba Magallón contrastó con la inocencia de la defensa norteña que regaló una pelota frontal al Gullit, en lo que ya es un sinónimo de penal. Encima, Martínez se puso en modo segunda juventud y nos deleitó con atajadas de primer nivel. Al final, Santander su humilló marcando un penal inexistente y acabando el partido antes para que la sangre no corriera por la arena.
Conclusión
Después de perder por 5-0 frente al Barcelona en 2010, Mourinho decidió blindar anímica y futbolísticamente al equipo para el siguiente encuentro. La consigna era conseguir una victoria rápida que fuese bálsamo y cerrara rápidamente el episodio de la desgracia, para que no se convirtiese en racha negativa. Así, alineo un equipo destructivo en mediocampo con tres hombres de dotes defensivas y de ataque directo, venciendo al difícil Valencia.
De igual forma, Pizzi blindó al Club León con un planteamiento táctico conservador y equilibrando los laterales para evitar desajustes defensivos imprudentes. Aunque se extrañó el aporte interior de Navarro para desarbolar el plan inicial de Tijuana, los esmeraldas capitalizaron muy bien los errores rivales y tuvo que ser una equivocación (?) arbitral la que propiciara un gol rival. Tácticamente un partido impecable que permite justificar el juego esmeralda con el liderato.
Pero además, se observó que con la zona izquierda liberada, Montes comenzó a crecer hacia esa zona ganando protagonismo y acaparando la pelota para él. ¿Será la libertad del interior derecho el camino para la recuperación del mejor Montes? Después de todo, está más cerca de ser organizador que jugador de último pase.
En twitter, @Akelandos.