«EL MILAGRO DE TORRENTE »
Por: @NacionEsmeralda
Parecía que el Apertura 2016 estaba perdido para el Club León, un guiñapo de equipo se presentó las primeras siete fechas del torneo con un técnico que nunca supo convencer a un grupo de jugadores que tenían una esencia única: atacar, divertirse y ganar. El León estaba en aprietos, los la plantilla no encontraba un rumbo en el que se sintieran cómodos y alegres para practicar el fútbol, incluso el vestidor se partió y algunos líderes encontraron en el estilo de juego, el verdadero motivo a la deplorable marcha del club.
León había perdido demasiado, con cuatro unidades en siete jornadas, un estadio semivacío, y un distanciamiento entre afición y equipo, no había tiempo de más, la directiva tenía que tomar decisiones, pero no era simple, elegir una carta de la desgastada baraja de técnicos o innovar, arriesgar tal vez, pero eso sí, ser certeros o perder un torneo entero que tenía, en el papel, un propósito muy distinto.
Fue entonces cuando el martes 30 de agosto fue presentado como técnico, Javier Torrente, mejor conocido hasta entonces como «el auxiliar de Bielsa», con quien trabajó más de 10 años. Tipo serio y estudioso, catalogado también, como iracundo por algunos, debido algunas reacciones en la banca mientras dirigía a Once Caldas, en Colombia.
Tomó al León último de la tabla, con un menos 10 en la diferencia de goleo y con una consigna milagrosa y casi imposible: Rescatar un torneo perdido, alcanzar liguilla con una distancia de seis puntos a la zona clasificatoria era una utopía, y mejorar el cociente sonaría como algo «más real» y alcanzable para un técnico que recién llegaba a «reconocer» un futbol donde alguna vez ya había trabajado.
El debut se presentaba a pocos días y con ello, la esperanza de la golpeada afición, que esperaba al menos, rescatar un poco de orgullo. El rival, Atlas, ubicado en ese momento en zona de clasificación, seis puntos arriba del León representaba un reto para Javier, quien se colocó su ya emblemática camisa, salió al campo y le cambió la cara a los «Esmeraldas», en 16 minutos anotó el triple de goles que en todo el torneo, fue una especie de liberación para el jugador. De ahí a la fecha, todo cambió.
En diez jornadas ligueras no conoció la derrota, seis victorias ante Atlas, América, Tigres, Veracruz, Morelia y Cruz Azul , de local o de visita el LEÓN se volvió intenso, práctico, letal en el ataque, ordenado. Escaló diez posiciones, remontó, recuperó la confianza de sus jugadores, les devolvió la alegría por jugar y sobre todo, contagió al aficionado de tal emoción, lo regresó al estadio y generó esa comunión siempre vista con su equipo.
Javier Torrente llegó para quedarse, para revivir al sotanero general en serio aspirante al título, para convencer al jugador de disputar a muerte cada balón, de desgastarse en el campo con la «presión alta» y para convencerse a sí mismo que su primer campeonato está más cerca que nunca, luego de cosechar cuatro subtítulos, es el mismo Torrente quien más desea levantar una Copa de Campeón, ha confeccionado un equipo a su gusto, un grupo que le cree y lo demuestra en el campo. LEÓN y Javier Torrente están a seis juegos de lograr una hazaña, un milagro… «El milagro de Torrente».