#ColumnaGuerra
A veces vivimos “encerrados” en la memoria o en el recuerdo de lo que parece ser que fueron tiempos mejores. En el caso de los clásicos del León contra Irapuato y Curtidores, parece que por fin después de muchos años nos hemos empezado a dar cuenta que no volverán o que pasará todavía mucho tiempo para que vuelva alguno de estos duelos.
A veces hay que adaptarnos al presente y, en ese sentido, creo que los cara a cara con Pachuca son los que más rivalidad mutua generan en la actualidad con el equipo leonés. Mutua porque tanto los aficionados de La Fiera como de los Tuzos sienten ese “pique”. Se ha visto, por lo menos en redes sociales, que los seguidores de uno y otro equipo están al pendiente de lo que la contraparte hace. Obviamente, tiene que ver el tema de la multipropiedad, pero es precisamente esa condición la que ha generado esa animadversión. Los seguidores están al pendiente de lo que llega al otro equipo, de los alcances que el otro tiene y, cuando se van a enfrentar, presumen los logros y títulos de su equipo y minimizan los del rival. Al final, cuando se conoce al ganador del encuentro, las burlas no se hacen esperar.
El punto negro de esta rivalidad es que precisamente al ser parte del mismo conglomerado, las transferencias directas de jugadores entre una y otra institución llegan a ser hasta cierto punto “comunes”. Sin embargo, eso da pie a que los aficionados lleguen a discutir sobre si un mismo jugador rindió más aquí o allá. Otro pretexto para la “batalla”.
Lo que se necesita también es que esta antipatía se traslade a la tribuna y cada duelo entre estos equipos sea presenciado en el marco de un lleno.
Ambos equipos tienen qué envidiarse. León con sus 8 ligas, sus 5 Copas y sus 5 Campeón de Campeones; un inmueble de carácter mundialista. El conjunto hidalguense si bien no supera los títulos de liga de su “socio” (tiene 6), sí cuenta con palmarés internacional (algo de lo que los Esmeraldas carecen), con las 5 Concacaf y el trofeo de la Sudamericana. Su estadio es más nóvel y moderno pero le falta la historia internacional del estadio León.
Si bien la distancia entre las ciudades de León y Pachuca es considerable, justamente es el aspecto de las redes sociales el que permite esa “cercanía” y esa interacción entre seguidores. León puede presumir que es una ciudad más grande y con más población; la Bella Airosa que es capital de una entidad federativa.
Los 2 cuadros tuvieron sus etapas de fango en Segunda y ambos desde ahí crecieron para regresar al máximo circuito. Uno para cambiar su historia de reveses y posicionarse de manera importante en el futbol nacional y el otro para reverdecer laureles y acrecentar su palmarés. Los 2 de la mano del mismo grupo corporativo.
A pesar de su longevidad, Pachuca nunca ha tenido un clásico. Colindante con la ciudad de un equipo exitoso como Toluca, tal vez la frialdad de estas 2 aficiones nunca permitió que detonara un clásico a pesar de que a Tuzos y Diablos les tocó coincidir en una época ganadora.
Si hablamos de otros conjuntos con los que León tiene una enemistad, tal es el caso del Guadalajara la cual viene desde antaño (sin embargo, ya se había escrito en una columna anterior que ellos no la sienten tanto). Mismo caso, pero a la inversa con Xolos, donde para ellos es un clásico contra León, pero no para los aficionados leoneses. Por último, en el caso de Querétaro, a pesar de la cercanía de las ciudades, afecta el poco palmarés y volatilidad de las franquicias de Gallos, así como la falta de partidos importantes disputados con ellos.
Ojo, no digo que el duelo contra los Tuzos haya que tomarlo como un clásico, eso terminará de determinarlo el tiempo y los aficionados de los 2 equipos. En un futuro, el grupo que nos comanda tal vez decida desprenderse de alguno y lo sembrado en esta época impulse esta rivalidad al rango de clásico, o tal vez se apague. O tal vez, el GP siga al frente de los 2 durante muchos años más y la rivalidad sí nos “guste” para clásico. No lo sabemos. Repito, el tiempo y los aficionados ya dirán, pero no hay que cerrarnos a las posibilidades e incluso saber dejar o “soltar” el pasado en el tema de las rivalidades clásicas. Incluso, por ahí, León tiene un némesis muy interesante en Santos (otro equipo sin clásico), parte del grupo “rival”, y con el que se han suscitado cotejos verdaderamente espectaculares en los últimos torneos.
Como siempre, querido lector, su opinión es la que vale.
