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Desequilibrio

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El Club León dilapidó una oportunidad de recuperar el liderato, imponerse sobre el actual líder y revertir la inercia negativa (propiamente, continuar con la reciente tendencia de ganar como local después de caer como visitante). Aunque en el plano meramente resultadista la derrota haya hecho saltar las alarmas, lo verdaderamente preocupante es la falta de soluciones en el sistema defensivo: La Fiera realizó un espectacular partido de ataque totalmente eclipsado por la fragilidad defensiva ante un equipo cuyo sistema de juego es el contragolpe. Huelga decir que estaba cantado como habría que defenderse.

Pumas de la UNAM

One Club Man. Eso es Memo Vázquez, no porque no haya pasado por otros equipos, sino porque su filosofía y mensaje calan hondo y conectan perfectamente con Pumas. Tras una temporada de reinicio, el equipo universitario finalmente carbura y se ha vuelto efectivo. No es perfecto y eso se verá cuando un rival se decida a esperarlo en bloque bajo para evidenciar sus carencias en juego posicional.

El esquema de Vázquez es una línea de cuatro defensas, dos mediocampistas nominales para el centro del campo y cuatro atacantes que realizan múltiples funciones y recorridos. Podríamos decir que sus sistema es un 4-5-1 (4-2-3-1) basándonos en la premisa de que además de los defensas (centrales más laterales) Herrera como delantero centro tiene una posición fija. En la línea de tres cuartos Britos ocupaba la zona de segundo punta en ataque y la de interior izquierdo en defensa posicional, Fidel iba a la izquierda bien abierto y Sosa tenía más libertad tanto defensivamente como en acciones de ataque, ocupando el espacio que solía liberar Matías.

El trabajo de Memo en defensa es muy trabajado, con movimientos específicos de cada jugador enfocados a cortar el juego interior del Club León y la ocupación de los carriles centrales. No era raro ver a laterales seguir marcas hacía dentro del campo y a los delanteros bajar a posiciones extrañas a ellos.

En ataque universidad tenías dos planes: el primero, tras la recuperación en terreno propio atacar los espacios disponibles con la mayor cantidad de unidades posibles, dejando en Javier Cortés la decisión de encontrar a los rematadores. El segundo era que en la salida de balón no había que perder tiempo: la misión era proyectar a Fidel Martínez para que se viera las caras con Fernando Navarro.

Club León

Plan habitual. Martínez titular en liga. Línea de cuatro con Navarro y Velarde como laterales, Novaretti supliendo a Burdisso a todos los efectos con Nacho como central izquierdo. Vázquez, Peña y Montes como motor del equipo, Elías y Burbano como extremos y Mauro adelante como 9.

Si hemos de apuntar a detalles diferentes debemos decir que Boselli en está ocasión jugó en línea con los centrales, realizando la labor de dejar pelotas a sus compañeros para que llegaran de frente. El ataque posicional del Club León brilló porque Vázquez brindó excelentes apoyos interiores y Elías midió muy bien los momentos para atacar la frontal del área, siendo en ciertos momentos un segundo delantero.

El partido

Pumas arranco un poco expectante, dejando la salida en los centrales para dar los primeros compases esperando ver la versión del Club León. Ante un posible atasco comenzó a buscar a Fidel con balones largos.

Por su parte la fiera salió a jugar la pelota desde atrás con el apoyo de Burbano y Elías para comenzar a escalar posiciones en el campo. En esas andaban cuando en la banda derecha y a tres cuartos de altura se juntaron Montes y Elías. El chaparrito se encontraba lejos del doble pivote que habitualmente forma con Vázquez y éste también había ganado altura, por lo que su taconazo buscando a Elías resultó imprudente. Britos, que apoyaba en la cobertura al lateral tomó la pelota y buscó a Cortés. En dos pases tras conducción y una nueva mala salida de Novaretti a cortar los delanteros pumas llegaron contra Nacho y definieron el uno a cero.

El Club León se tomó la cosa con calma, quizá convencido ya de su triste suerte. Trató de seguir con el plan mientras Pumas encontraba a Fidel o la banda contraria para después intentar encontrar a sus rematadores en el área. En la defensa Britos se acercaba a marcar al Gallo Vázquez sin mucho éxito y los visitantes prodigaban sus esfuerzos por entorpecer el carril central a los esmeraldas.

Peña comenzó a crecer en pos de su carrera directa a la portería y los apoyos de Boselli, Elías y Vázquez. Además, Burbano comenzó a moverse sin pelota y con ella, arrastrando marcas y causando desbarajustes defensivos en los capitalinos. Las circunstancias derivaron en variantes de ataque: centros laterales, disparos lejanos y jugadas en la frontal amenizadas por Boselli, que se imponía fácilmente a centrales muy blanditos en el cuerpo a cuerpo.

En esas circunstancias el apoyo de Montes hubiese sido un plus muy positivo, pero nuevamente se encontró cerca de tres cuartos y con ello incomodo en recepciones y pases. Su aporte fue en disparos desde fuera del área.

El juego leonés iba en un claro crescendo cuando un contragolpe tras una pelota parada volvió a dejar en evidencia el sistema defensivo y Pumas consiguió un penal, en el que le fue perdonada la roja a Martínez. A pesar de que Herrera no consiguió convertir, el equipo cayó en pánico y se fue así al segundo tiempo, con el partido fuera de control.

Ya en la segunda parte vimos a Nacho incorporarse atinadamente al ataque y, tras el dos a cero, a Novaretti. Que el argentino muestre su mejor fútbol en causas perdidas nos habla claramente de un aspecto mental a fortalecer. Se le espera en situaciones más comprometidas.

Pizzi sacó a Navarro tras quedar exhibido en el 0-2, donde los centrales se separaron de él y trató con Burbano de lateral derecho. La expulsión de Fidel encontró a un León que pasó al 3-3-4 y que siguió atacando bien y defendiendo mal. Memo Vázquez no permitió que la roja afectara su sistema defensivo y Pumas encontró el tercero en medio de la displicencia leonesa y tras buenas atajadas de Palacios. El 1-3 de Peña le hizo justicia al partido del leonés, pero no al equipo en general.

Conclusión

Cabeza fría: León jugó un gran partido en ataque. Así fue. Se encontró con una falta de definición alarmante. Lo que definió el partido fue la indefinición defensiva. El Club León del 4-4-2 o el que enfrentó a Tijuana hubiese solventado el partido sin dificultades. El problema fue nuevamente no alcanzar ese punto de concentración que permite minimizar riesgos y maximizar el nivel defensivo.

En ese sentido debemos señalar que Montes se alejó bastante de Vázquez y eso es perjudicial porque el doble cinco (por decirlo de una manera) posicional no lo forman Peña-Gallo, sino Montes y Vázquez. Novaretti funciona mejor como central izquierdo en términos defensivos y de no tener la sensibilidad de Burdisso para salir a cortar o la continuidad de juego de su compatriota lo mejor puede ser amarrarse. El gol de Fidel, donde Navarro quedó en mal lugar fue sorprendente porque, pesé a los continuos avisos rivales, los centrales no se acomodaron para cubrir la espalda de su lateral.

Está también el tema Nacho-Velarde, estigmatizados por el continuo movimiento a cubrir el flanco derecho. Nacho solventa bien cuatro de cinco, pero en la memoria colectiva queda el error y no el acierto. En el caso de Velarde, cuya carrera parece ir en descenso, termina en continuos mano a mano dentro del área, donde peor rinde, y se le pide un

aporte como lateral que está lejos de su mejor virtud: pisar el área para rematar o desdoblar por fuera para sacar un centro. Hay que recordar que fue un jugador clave en el mejor Pumas y que éste año fue seleccionado nacional.

En suma, que hay un problema defensivo evidente, pero del que lo más grave es que las soluciones son evidentes y, peor aún, son soluciones que ya se han implantado con éxito. Hace falta calma, potenciar virtudes y trabajar defectos tomando modelos como el partido contra Tijuana o el versátil contra Tigres para retomar el camino.