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León y Larcamón: un destino escrito seis años atrás

Por: Gabriel Márquez

El destino. 

Aquella palabra compuesta por ocho letras que evoca un sinfín de sentimientos en la creencia de cada ser humano que ocupa un espacio en el globo terráqueo. 

Como nada se puede quedar sin una explicación, solemos apelar a dicha palabra un suceso extraordinario y sin precedentes que llega a cambiar por completo la manera de observar la vida con la escritura de capítulos inéditos. 

En esta ocasión, su servidor, creyente de que las coincidencias no existen, quiero precisamente hablar del destino porque creo que los azares del mismo ya tenían el plan escrito desde hace unos ayeres. 

Retrasémonos siete años en el tiempo: 31 de enero del 2016. 

Mientras el Club León resentía la resaca de su primera derrota del Clausura 2016 a manos de los Tigres por marcador de 3-1, una historia de éxito comenzó a forjarse a más de cuatro mil kilómetros de distancia, para ser más específicos, en Venezuela. 

Allí, en uno de los 23 estados que lo conforman, un joven estratega de 32 años de edad vivía su primera experiencia en el futbol profesional con una victoria de su equipo Deportivo Anzoátegui ante el Monagas SC. 

Su nombre pasó desapercibido, pero hoy resuena en la República Mexicana y más allá de sus fronteras por el rompimiento de una maldición que parecía infinita para el el equipo de una ciudad resiliente y trabajadora. 

Hoy, el nombre de Nicolás Ricardo Larcamón ilusiona y motiva a toda una afición panzaverde que, después de tanto sufrimiento, puede decirse finalista en un torneo internacional. 

El argentino es sinónimo de laburo, al cosechar plausibles trabajos en sudamérica en cada uno de los tres clubes que dirigió: Antofagasta (Chile), Huachipato (Chile) y Curicó Unido (Chile). 

Llegó a México para el Clausura 2021 quizás sin saber que, enfrente, el destino ya le tenía planeado una historia de ensueño a poquito más de 490 kilómetros de distancia. 

Mientras la Fiera cosechaba su octava estrella (Apertura 2020) al mando de un entrenador (Ignacio Ambriz) que le devolvió la identidad y sentido de pertenencia que tanto le hizo falta en años anteriores, ‘Larca’ hizo lo propio en la Angelópolis al llevar a una Franja de regreso a las semifinales luego de 13 años de ausencia. 

En la vida nada es eterno y, aunque parezca serlo en algunas ocasiones, los tiempos siempre dictaminan lo contrario con su entrelace de piezas que, al final, arman un rompecabezas mayormente duradero. 

Aquello sucedió con Ambriz que, después de su proceso imborrable, salió para el Apertura 2021 sin saber que aquello, sería el inicio de un efectó dominó. 

Después de cuatro torneos en Puebla, Larcamón dijo adiós para el Apertura 2022 y cuando más parecía el cimiento de un nuevo proyecto en territorio leonés con Renato Paiva, las cosas dieron un vuelco de 180 grados que parecía ya estar predestinado a acontecer. 

Después de Holan y el ya mencionado Paiva, la Fiera se encontró con un camino libre e ilusionante con la reciente libertad de ‘Larca’, personaje a quien no dudaron ni un sólo segundo en contratarlo. 

Su unión ya estaba escrita. 

León y Larcamón fueron hechos el uno para el otro. 

En su figura, el aficionado se siente representado. 

Chifla, grita, aplaude, reclama, regaña y festeja con una intensidad que aplauden los panzas verdes. 

Aquel miércoles 30 de noviembre del 2022 quedará grabado con letras de oro en la historia del equipo esmeralda, pues significó el comienzo de una era ilusionante en cuanto a la trascendencia mundial se refiere. 

Y lo que son las cosas: 

2 mil 643 días después de aquel último día del primer mes del 2016…

Deportivo Anzoátegui hoy ya no existe 

Y el León de Larcamón, con tan solo 23 partidos de unión, se metieron a la gran final de un torneo internacional ante el rival con el cual, aquella fecha mencionada, la Fiera perdió el invicto en el inicio del Clausura 2016: los Tigres de Nuevo León. 

¿Coincidencia? No. 

¿Destino? Sí.