Twitter Feed

  • Home
  • /
  • HISTORIAS
  • /
  • «DE ESCÁNDALO: LA NOCHE EN LA CUAL LEÓN Y PUEBLA NO QUISIERON ATACAR»

«DE ESCÁNDALO: LA NOCHE EN LA CUAL LEÓN Y PUEBLA NO QUISIERON ATACAR»

Por: Ricardo Jasso Vivero

En la temporada 1983-84, el rendimiento del club León fue a la baja con resultados adversos al situarse en condición de riesgo en el tema del descenso. La Directiva fichó al veterano delantero Evanivaldo Castro Cabinho como la carta fuerte en el vestuario. Tres entrenadores desfilaron con Luis Grill, José Luis Aceves y Sergio Anaya, pero fracasaron en el intento de enderezar el rumbo. Hasta la jornada 27, los verdes sumaban 18 puntos en el penúltimo lugar de la clasificación con tres derrotas consecutivas incluida la caída contra su más cercano perseguidor, Unión de Curtidores con 13 unidades.

Con las alarmas encendidas, fue contratado Arpad Fekete quien ya había dirigido al conjunto esmeralda en la campaña 1981-82 con el mismo objetivo de impedir bajar de categoría lo cual cumplió cabalmente.  El entrenador de origen húngaro debutó en su segunda etapa con los panzas verdes, el sábado 10 de marzo de 1984 al visitar el estadio Azteca contra Cruz Azul. Contra todos los pronósticos, León se impuso 1-0 con anotación de Cabinho.

El sábado 17 de marzo de 1984, la escuadra verdiblanca recibió al Puebla en la jornada 29 del certamen de liga. Puebla era el campeón vigente tras coronarse en definición desde el manchón penal al Guadalajara 7-6 en el campeonato 1982-83. La Franja dirigida por Manuel Lapuente se ubicaba en el último lugar del grupo tres con 26 unidades.

A las 20:45 horas, León saltó al campo con Héctor Brambila en la portería. Una defensa integrada por Nicolás Valdivia, el salvadoreño Jaime “Chelona” Rodríguez, Jesús Venegas y Pepe Ruiz. En el medio campo José de la Luz “Perla” Rodríguez, el brasileño Carlos de Jesús Eusebio y Alfonso “Zurdo” Oviedo. En el ataque J. Concepción “Chupón” Rodríguez, Cabinho y Joel Ruiz.

Por Puebla destacaban los chilenos Nelson Sanhueza y Gustavo Moscoso, Arturo “Mango” Orozco, Antonio de la Torre, Enrique López Zarza y el brasileño Muricy Ramalho.

Los esmeraldas arrancaron la contienda con deseo para ir al frente. Chupón Rodríguez por el extremo sirvió al área para Cabinho quien remató con la cabeza sin dirección a la portería (6’). Posteriormente, el Cabo de nuevo impactó por alto y el balón se fue por arriba del travesaño (10’). El juvenil Joel Ruiz disparó desviado de media distancia (17’). El conjunto visitante se animó con un tiro raso de Arturo Álvarez a la colocación del guardameta Brambila (20’).

Sin embargo, la normalidad se quebró cuando a partir del minuto 32’, Puebla en su propia área comenzó a tocar el balón como si fuera un espacio reducido en un entrenamiento. Entre Luis Enrique Fernández, Nelson Sanhueza y el volante Toño de la Torre triangulaban ante la sorpresa de los jugadores esmeraldas. El técnico Fekete ordenó a sus elementos no ir a presionar para recuperar el balón y esperar en su campo. Tímidamente, Cabinho y Chupón se aproximaron, pero cumplieron las indicaciones desde el banquillo sin disputar el esférico.

El público desde la grada palmeó a ritmo de tango para solicitar espectáculo. Los verdes dejaron a su rival pasear el balón porque el empate favorecía a ambos. La afición coreó “Unión, Unión” para encender la sangre de su equipo sin lograr su cometido. El “Pollo” Venegas pisó al atacante Muricy quien abandonó el campo por la herida provocada en su pierna. El primer tiempo concluyó con la bochornosa postura especulativa de ambas escuadras.

En la reanudación, tanto León como Puebla se negaron a atacar, mientras uno de ellos tocaba el balón, el otro contemplaba. Ninguno avanzaba, incluso intercambiaban el ejercicio al despejar a otro lado del campo. Un segundo tiempo de suplicio y tormento para los espectadores. Incluso en la desfachatez algunos jugadores dominaban la redonda mientras otros se recostaban en el campo.

La afición se impacientó y comenzó a gritar: “rateros, rateros”. La situación se salió de control cuando desde la tribuna se arrojaron hielos y botellas de cerveza. En ese entonces sólo había tres balones en la cancha. Deliberadamente los futbolistas poblanos ya habían enviado dos a la grada porque el público no los regresaba por el enojo.

El árbitro Marco Antonio Dorantes ya había detenido previamente las acciones por invasión de campo. Al minuto 67’, Puebla mandó el único balón disponible a las localidades del estadio. En ese momento, el central suspendió el duelo y se dirigió con sus auxiliares al vestidor.

Encolerizados, varias personas destruyeron la malla para intentar ingresar al terreno de juego. Los futbolistas se refugiaron en el centro del campo. Manuel Lapuente fue herido en la cabeza por una botella, lo mismo le ocurrió al inspector autoridad. En la trifulca, los policías obstaculizaron el paso lo que originó varios heridos y detenidos. A la salida, el autobús de la Franja sufrió agresiones. En cancha, Eusebio lloraba de frustración mientras Concepción Rodríguez y Valdivia se dolían por los objetos que impactaron sus brazos.

Puebla debía viajar a Honduras por la competición de Concacaf por lo que el partido no pudo continuarse 24 horas después como lo establecía el reglamento. Fekete declaró que llegó a León para sumar puntos mientras Lapuente se justificaba con el argumento que no era su obligación ir al frente en patio ajeno.

En la siguiente jornada, los verdes obtuvieron un empate sin anotaciones en su visita al Deportivo Neza y los poblanos igualaron 1-1 en el estadio Cuauhtémoc contra Atlante.

Los 23 minutos restantes se jugaron el miércoles 28 de marzo de 1984 a las 21:00 horas en el estadio León sin sanción de por medio. La dirigencia encabezada por Manuel Ortega Barroeta permitió la entrada gratuita a la afición siempre y cuando acudieran a las oficinas por su boleto. Fekete modificó la estrategia en la continuación y buscó el triunfo de inmediato. El húngaro utilizó el mismo cuadro mientras que Lapuente alineó a Rafael Chávez Carretero por Toño de la Torre.

Un trazo al corazón del área en el cobro de una falta desde medio campo por parte de “Chelona” Rodríguez desestabilizó la estructura defensiva del adversario. El zaguero poblano Arturo Orozco chocó en la espalda de Chupón Rodríguez y el árbitro Dorantes señaló la falta. Cabinho ejecutó con maestría para engañar al arquero Pedro Soto (80’). Joel Ruiz tendría otra posibilidad, pero optó por tirar en lugar de asistir a José Concepción Rodríguez. Triunfo esmeralda 1-0.

Fekete cumplió la misión con un balance de 5 triunfos, 4 empates y dos derrotas para acumular 14 puntos en su gestión. En esa época se otorgaban dos puntos por victoria. Los verdes fueron últimos del sector IV con un total de 32 unidades. No obstante, permanecieron en el máximo circuito y Unión de Curtidores descendió con 19 puntos.

Indignante actuación de León y Puebla, dos equipos con historia y abolengo la noche del 17 de marzo de 1984 al decidir retener la pelota sin ambición. Inverosímil.