El Club León consiguió la segunda victoria del torneo de forma consecutiva para colocarse con seis sólidos puntos en la cima general. Un arranque que recuerda el de hace seis meses. En un juego donde reino la imprecisión, los esmeraldas supieron aguantar en los momentos clave y materializar ocasiones gracias a un plan que fue creciendo en interpretación y a una efectividad envidiable. El sistema defensivo va arrancando y los destellos individuales de sus jugadores abren puertas y cierran otras. Hay conjunto.
Tiburones Rojos de Veracruz
El Maestro Reinoso plantó a su equipo con un 4-4-2 marca de la casa. Línea clásica de cuatro, doble cinco, dos hombres en banda y dos delanteros. Los laterales cumplían con la noción de equilibrio según sus características. Los mediocentros sabían alternarse en labores defensivas y escalonarse para dar salida, apoyarla, tirar apoyos y equilibrar la jugada. Adelante Furch y Albín interpretaban correctamente los movimientos de ataque para participar en la jugada, recibir, defender o definir.
Para salir, Veracruz tenía tres variantes: la primera consistía en aprovechar la superioridad numérica en la salida. Los cuatro defensas más un mediocentro se involucraban en una serie de pases que buscaba limpiar el arranque de la jugada para después ir a las bandas a encontrar un jugador que pudiese centrar la pelota. Si la presión era muy alta por parte del rival, Veracruz involucraba todavía más jugadores para sumar pases y después salir con un balón largo hacia los delanteros, quienes ganaban la pelota y la dejaban de cara para la segunda línea. Y la tercera variante consistía en que Albín o Furch caían a la banda para recibir una pelota rasa, ahí la detenían e igual dejaban la pelota de cara a la segunda línea.
El plan defensivo de Veracruz se sostenía en un repliegue bajo y de armado rápido de sus cuatro defensas y el mediocentro. Ante una perdida, los cinco debían regresar a velocidad hasta el lindero de su área. Si algún lateral se rezagaba, el extremo debía ocupar su lugar. A partir de ahí, organizarse y ensuciar el juego rival.
Club León
La Fiera salió con un parado más próximo a la formación más utilizada por Juan Antonio Pizzi. Un 4-3-3 que dejó a Enríquez en el vórtice del esquema como mediocentro defensivo. Los interiores fueron Montes y Vázquez y los extremos, Elías y Cuevas. Mientras, Cano ejercía como “9” y referencia.
Sin embargo, el parado duró veinte minutos, lo que tardó Jorge “Mala Suerte” Enríquez en abrirse la cabeza y lesionarse el tobillo. Pizzi dio entrada a Rocha y le dio al equipo un 4-4-2 con Montes en la banda izquierda y Cuevas más cerca de Cano. El movimiento le dio solidez al equipo. Para defender, los esmeraldas utilizaron la línea de seis. Un repliegue bajo que acumulaba los cuatro defensas al borde del área, reforzados por los extremos bajando a ocupar el puesto de lateral. Mientras, el doble cinco Rocha-Vázquez cerraba la frontal para evitar disparos cómodos. La Fiera sigue utilizando la presión en segunda jugada, pero si el rival avanza, tratan de atacar de a uno al poseedor. De ahí que la mayoría de los ataques jarochos terminaran con el Club León defendiendo en posicional.
El ataque pasó por dejar que Montes y Vázquez tuvieran la responsabilidad de dirigir las jugadas. Cuando Cuevas centro su posición, Montes trató de encontrarlo entre líneas. También las bandas fueron importantes para triangular y buscar encontrar a Cano con centros al área.
El Partido
El partido arranco con los delanteros veracruzanos presionando a la defensa leonesa. Si bien Veracruz tenía la pelota y sabía mantenerla en zona baja, en general sus transiciones eran rápidas, buscando que desde la banda llovieran centros. Si bien Chatón arrancó cortando bien las jugadas de su zona y jugando pronto, por arriba perdió todas las pelotas largas, pese a su altura, y eso hacía que cuando León buscaba arriba a su rival, estos tuviesen una vía de salida. Además los delanteros le daban aire a sus jugadas.
Cuando Chatón se lesionó en veinte minutos de juego, Rocha entró y el esquema cambió. Vázquez y Rocha lograron cerrar la frontal y el dominio Veracruzano sólo pudo expresarse con disparos oblicuos, que sólo generaron peligro en un error de William.
Pero el Club León comenzó a presionar con coherencia arriba, a dejar la manija en Montes, lejos del embrollo central y a ganar metros. El juego de un Cuevas más centrado causaba confusión en la defensa veracruzana y comenzaron a salir con balones largos, en los cuales Keko encuentra la espalda de la defensa y casi marca. Los verdes seguían asentándose arriba y encontrando buenas posiciones de ataque, porque ya mantener una jugada cerca del área rival es ventaja. Así, Rocha logró un gran gol tras dejada de cara. Pese a las imprecisiones de su construcción, León se iba con ventaja al descanso.
En busca de mayor velocidad de circulación, Reinoso cambió su mediocampo para la segunda mitad. Montes demostró que sigue siendo el único pasador bate líneas del equipo y dejó a Elías sólo frente al portero para que liquidara el encuentro. A partir de ahí, Veracruz se dedicó a sobrecargar el área de una fiera que se olvidó de mantener la línea defensiva en el borde del área. Así, Edgar Andrade cazó un remate dentro de un área pobladísima de escualos. Golazo.
Algo tarde, Pizzi dio entrada a Maxi Moralez, con lo que los panzas verdes comenzaron a mantener la pelota un poco más y a castigar los espacios. La expulsión del Keko quedó como anécdota y Maxi castigó el espacio como sabes hacerlo, con un disparo desde la frontal.
Conclusión
La solidez defensiva no es nueva en el Club León. Es una característica que le llega desde el 4-4-2, con esa formación que le permite a Pizzi usar la línea de seis más dos. El resultado, si bien no es dominio de juego, si complica mucho las acciones ofensivas al rival. Desde el 4-4-2 se han dado los mejores partidos de la era Pizzi y es quizá momento de que se apueste definitivamente por ese sistema.
Mencionar la mejora de Aldo Rocha. Gol aparte, el joven ha demostrado una nueva intención y agilidad en sus pases que le dan un poco de frescura al equipo en la salida por atrás. Si consolida esa faceta, unida a su capacidad de tapar líneas de pase, será un gran “refuerzo”. Su mejora en ese aspecto es mérito del equipo de Pizzi. El Club León consigue arrancar con paso firme de nuevo. Sus goles han sido en su mayoría espectáculo y tiene variantes en ataque. Su problema ahora mismo es la fase de construcción, donde los pases no son precisos y necesita agilizarlos y procesarlos. Trabajo y más trabajo. Mientras siga la solidez, hay ventaja.
P.D. Varias de las cosas sucedidas en el juego, ya habían sido comentadas en artículos anteriores. No se trata de contar lo que nos gusta, sino el trabajo de Pizzi y establecer los parámetros en los que actuará. Información se puede conseguir en varias fuentes, pero tácticamente información fundamentada y no especulación, ya se sabe dónde.
